Edición Española
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    Pedro Calderón de la Barca

    Descripción del Carmelo, y alabanzas de Santa Teresa

    En la apacible Samaria,
    hacia donde el sol se pone,
    en túmulo de esmeraldas
    yace un gigante de flores.

    Verde Atlante de los cielos,
    tanto su beldad se opone,
    que, siendo cielo en la tierra,
    parece en el cielo monte.

    Cerrándole al viento el paso,
    sube hasta la esfera, donde
    pedazo del cielo fuera,
    a ser unas las colores.

    Sin que el sol se albergue en ondas
    se le niega el horizonte,
    y hace anochecer el día
    cuando amanecer la noche.

    Aqueste pues cuyas plantas,
    aun en variedad conformes,
    son cultura celestial
    de aquel jardinero noble,

    de aquel venerable sol,
    que en más luminoso coche,
    por eclíptica de viento
    planeta de fuego corre,

    de aquel que rigiendo rayos
    quemó los vientos veloces,
    cuando abrasado el Carmelo,
    eclipse vio de dos soles,

    éste en las más eminente
    punta que en su luz se esconde,
    virgen rosa planta bella
    porque del sol se corone.

    Casta azucena o jazmín
    süave, cuyos colores
    en viva aroma los cielos
    piadosamente recogen.

    Santo Carmelo, tu planta
    es Teresa, porque logres
    su hermosura, sin que el viento
    o la marchite o la borre.




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