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    Asma

    ¿Qué es el asma?

    El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que causa la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias. (Las enfermedades crónicas son enfermedades que duran mucho tiempo). El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos. Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las primeras horas de la mañana.

    El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza en la infancia. En los Estados Unidos hay más de 22 millones de personas con asma comprobada. Casi 6 millones de estas personas son niños.

    Revisión general

    Las vías respiratorias son tubos que conducen el aire que entra y sale de los pulmones. Las personas que sufren de asma tienen vías respiratorias inflamadas. Esto hace que las vías respiratorias estén hinchadas y muy sensibles, y tiendan a reaccionar fuertemente a ciertas sustancias que se inhalan.

    Cuando las vías respiratorias reaccionan, los músculos que las rodean se contraen. Entonces las vías respiratorias se estrechan y llega menos aire a los pulmones. La hinchazón también puede empeorar y estrechar las vías respiratorias aún más. Las células de estas vías pueden producir más mucosidad que en condiciones normales. La mucosidad es un líquido pegajoso y espeso que puede estrechar más las vías respiratorias.

    Esta reacción en cadena puede causar síntomas de asma. Cada vez que las vías respiratorias se irritan pueden presentarse síntomas.


    La figura A muestra la ubicación de los pulmones y las vías respiratorias en el cuerpo. La figura B muestra un corte transversal de una vía respiratoria normal. La figura C muestra un corte transversal de una vía respiratoria durante los síntomas de asma.

    A veces los síntomas son leves y desaparecen espontáneamente o después de un tratamiento mínimo con una medicina para el asma. Otras veces siguen empeorando. Cuando los síntomas se vuelven más intensos o aparecen más síntomas, se dice que hay un ataque de asma. Los ataques de asma también se llaman crisis o exacerbaciones.

    Es importante tratar los síntomas en cuanto se presentan. Así se evita que empeoren y causen un ataque de asma grave. Los ataques de asma graves pueden requerir atención de urgencias y pueden causar la muerte.

    Perspectivas

    El asma no tiene cura. Aunque usted se sienta bien, sigue teniendo la enfermedad y podría empeorar en cualquier momento.

    Sin embargo, debido a los conocimientos y tratamientos que tenemos en la actualidad, la mayoría de las personas con asma pueden controlar la enfermedad. Es posible que tengan pocos síntomas o que no los tengan. Pueden vivir una vida normal y activa, y dormir toda la noche sin interrupciones causadas por el asma.

    Si desea un tratamiento exitoso, completo y constante, debe participar activamente en el control de su enfermedad. Forje una asociación sólida con su médico y otros profesionales de salud encargados de atenderlo.


    ¿Cuáles son las causas del asma?

    No se sabe cuál es la causa exacta del asma. Los investigadores creen que se necesita una combinación de factores (los genes de la familia y ciertas exposiciones ambientales) para que el asma se presente, generalmente en los primeros años de vida. Estos factores son:

    • Una tendencia hereditaria a presentar alergias, que se llama atopia
    • Presencia de asma en el padre o la madre
    • Ciertas infecciones respiratorias durante la infancia
    • Contacto con alérgenos (sustancias que pueden producir alergias) que se transportan por el aire o exposición a algunas infecciones virales en los primeros meses o años de vida, cuando el sistema inmunitario se está desarrollando

    Si en su familia hay asma o atopia, la exposición a alérgenos que se transportan por el aire (por ejemplo, ácaros del polvo, cucarachas y quizá caspa de gato o de perro) y a irritantes (por ejemplo, humo de tabaco) puede hacer que sus vías respiratorias reaccionen con más intensidad ante sustancias presentes en el aire que usted respira.

    Los factores que tienen la probabilidad de causar el asma pueden variar en distintas personas. Los investigadores siguen tratando de averiguar qué causa el asma.

    Hipótesis de la higiene

    Una de las teorías de los investigadores respecto a las causas del asma es la hipótesis de la higiene. Los investigadores creen que el estilo de vida occidental, en el que se hace énfasis en la higiene y la limpieza, ha producido cambios en nuestras condiciones de vida y ha causado una disminución global de las infecciones de los primeros años.

    Muchos niños pequeños ya no están sujetos a las mismas exposiciones ambientales y a las infecciones que ocurrían en la infancia en el pasado. Esto afecta la forma en que se desarrolla actualmente el sistema inmunitario de los niños durante la primera infancia y puede aumentar el riesgo de que éstos sufran atopia y asma. Esta situación se presenta especialmente en niños que tienen familiares cercanos que sufren ambas enfermedades o una de ellas.

    ¿Quiénes corren el riesgo de sufrir asma?

    El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza en la infancia. En los Estados Unidos hay más de 22 millones de personas con asma comprobada. Casi 6 millones de estas personas son niños.

    Los niños pequeños que tienen episodios frecuentes de sibilancias cuando sufren infecciones respiratorias y que además presentan otros factores de riesgo determinados tienen más probabilidades de presentar asma que dure hasta después de los 6 años. Entre estos factores de riesgo están: tener alergias, sufrir eccema —una enfermedad alérgica de la piel— o que el padre o la madre tenga asma.

    Entre los niños hay más varones que niñas con asma. Sin embargo, entre los adultos hay más mujeres que hombres con asma. No se sabe con certeza si el sexo y las hormonas sexuales tienen que ver con las causas del asma.

    La mayoría de las personas que tienen asma tienen también alergias.

    Algunas personas presentan asma debido a la exposición a ciertos irritantes químicos o polvos industriales en el trabajo. Esto se conoce como asma ocupacional.


    ¿Cuáles son los signos y síntomas del asma?

    Los síntomas comunes del asma son:

    Tos: Por lo general, la tos del asma es peor por la noche o en las primeras horas de la mañana, por lo cual impide un sueño tranquilo.

    Sibilancias: Las sibilancias son silbidos o chillidos que se producen al respirar.

    Presión en el pecho: Esta presión se siente como si algo le estuviera apretando el pecho o alguien estuviera sentado en su pecho.

    Dificultad para respirar: Algunas personas con asma dicen que les cuesta trabajo respirar o sienten como si les faltara el aliento. Usted puede sentir como si no pudiera sacar el aire de los pulmones.

    No todas las personas que tienen asma presentan estos síntomas. Y el hecho de tener estos síntomas tampoco indica siempre la presencia de asma. La prueba de función pulmonar, junto con la historia clínica (en la que se incluyen el tipo y la frecuencia de los síntomas) y el examen médico, constituyen la mejor forma de diagnosticar el asma con seguridad.

    El tipo de síntomas que usted tenga, la frecuencia con que ocurran y la gravedad de los mismos pueden variar con el tiempo. Es posible que a veces los síntomas sean apenas una incomodidad. Otras veces pueden ser lo suficientemente molestos como para limitar sus costumbres diarias.

    Los síntomas graves pueden poner en peligro la vida. Es fundamental tratarlos en cuanto los note para que no se agraven.

    Con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas no presentan síntomas ni de día ni de noche, y si lo hacen, los síntomas son pocos.

    ¿Qué provoca los síntomas del asma?

    Varias cosas pueden provocar o empeorar los síntomas del asma. El médico puede ayudarlo a averiguar qué factores o "desencadenantes" pueden empeorarle el asma si usted tiene contacto con ellos. Entre esos desencadenantes pueden estar:

    • Los alérgenos del polvo, el pelaje de animales, las cucarachas, el moho y el polen de árboles, pastos y flores

    • Los irritantes como el humo de cigarrillo, la contaminación del aire, las sustancias químicas o el polvo del trabajo, los compuestos presentes en productos decorativos para el hogar y los atomizadores (por ejemplo, el fijador para el cabello)

    • Ciertas medicinas como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, o como los betabloqueantes no selectivos

    • Los sulfatos presentes en alimentos y bebidas

    • Las infecciones de las vías respiratorias superiores, como los resfriados

    • El ejercicio (actividad física)

    Otros problemas de salud, como la congestión nasal, las sinusitis, la enfermedad por reflujo, el estrés psicológico y la apnea del sueño, pueden dificultar el control del asma. Estos problemas de salud necesitan tratamiento dentro del plan global de atención médica del asma.

    Cada persona experimenta el asma de manera diferente. Es posible que algunos de los factores que hemos mencionado no lo afecten a usted. Tal vez en la lista no aparezcan otros factores que sí lo afectan. Dígale a su médico qué cosas parecen empeorarle el asma.


    ¿Cómo se diagnostica el asma?

    Su médico de atención primaria le diagnosticará el asma con base en su historia clínica, el examen médico y los resultados de las pruebas. Determinará además el grado de intensidad del asma, es decir, si es intermitente, leve, moderada o grave. Del grado de intensidad dependerá el tratamiento que usted debe iniciar.

    Es posible que tenga que ver a un especialista de asma si:

    • Necesita pruebas especiales para estar seguro de que tiene asma.
    • Ha tenido un ataque de asma que pudo haber sido mortal.
    • Necesita más de un tipo de medicina, requiere dosis más altas de la medicina para controlar el asma o en general se le dificulta controlar bien el asma.
    • Está pensando en recibir tratamientos contra las alergias.

    Historia clínica

    El médico puede preguntarle sobre sus antecedentes familiares de asma y alergias. También puede preguntarle si tiene síntomas de asma y cuándo y con qué frecuencia se presentan. Dígale si sus síntomas parecen presentarse sólo durante ciertas épocas del año o en ciertos lugares, o si empeoran por la noche.

    Es posible que el médico quiera saber qué factores parecen precipitar sus síntomas o empeorarlos.

    El médico puede preguntarle si tiene problemas de salud relacionados que puedan interferir con el control del asma. Estos problemas pueden consistir en congestión nasal, sinusitis, enfermedad por reflujo, estrés psicológico y apnea del sueño.

    Examen médico

    El médico le auscultará el pecho para oír sus sonidos respiratorios y buscar indicios de asma o alergias. Entre estos signos están las sibilancias, la congestión nasal o la inflamación de las vías respiratorias nasales, así como los problemas alérgicos de la piel, tales como el eccema.

    Tenga en cuenta que usted puede tener asma aunque no tenga estos signos el día en que el médico lo examine.

    Pruebas diagnósticas

    Prueba de función pulmonar

    El médico usará una prueba llamada espirometría para ver cómo están funcionando sus pulmones. Esta prueba mide cuánto aire puede entrar y sacar de los pulmones. También mide qué tan rápidamente puede sacar el aire de los pulmones. El médico también puede darle medicinas y luego hacerle de nuevo la prueba para ver si los resultados han mejorado.

    Si los resultados iniciales eran inferiores a los normales y mejoraron con la medicina, y si su historia clínica muestra características de síntomas de asma, es probable que el diagnóstico apunte al asma.

    Otras pruebas

    El médico puede ordenarle otras pruebas si necesita más información para llegar al diagnóstico. Estas pruebas son:

    • Pruebas de detección de alergias, para averiguar si hay alérgenos que lo afecten.

    • Una prueba para medir qué tan sensibles son sus vías respiratorias. Esto se conoce como prueba de provocación bronquial. Mediante espirometría, esta prueba mide repetidamente el funcionamiento de sus pulmones durante la actividad física o después de recibir dosis crecientes de aire frío o de inhalar una sustancia química especial.

    • Una prueba que revela si usted tiene otra enfermedad que tiene los mismos síntomas del asma, como la enfermedad por reflujo, la disfunción de las cuerdas vocales o la apnea del sueño.

    • Una radiografía de tórax o un electrocardiograma (ECG). Estas pruebas servirán para averiguar si un objeto extraño o alguna otra enfermedad está causando los síntomas.

    Cómo se diagnostica el asma en niños pequeños

    La mayoría de los niños que sufren asma presentan los primeros síntomas antes de los 5 años. Sin embargo, el asma puede ser difícil de diagnosticar en niños pequeños (menores de 5 años). A veces puede ser difícil determinar si un niño tiene asma o alguna otra enfermedad infantil, porque los síntomas de ambas pueden parecerse.

    Además, muchos niños pequeños que presentan episodios de sibilancias cuando se resfrían o tienen infecciones respiratorias no terminan teniendo asma después de los 6 años. Estos síntomas se pueden deber a que los bebés tienen vías respiratorias más pequeñas que pueden estrecharse aún más cuando hay un resfriado o una infección respiratoria. Las vías respiratorias crecen a medida que el niño crece, de modo que cuando éste se resfría ya no presenta sibilancias.

    Un niño pequeño que presenta sibilancias con frecuencia cuando está resfriado o tiene infecciones respiratorias tiene más probabilidades de sufrir asma si:

    • Uno de los padres o ambos tienen asma.
    • El niño presenta indicios de alergias, incluida la enfermedad alérgica de la piel conocida como eccema.
    • El niño tiene reacciones alérgicas a distintos tipos de polen o a otros alérgenos que se transportan por el aire.
    • El niño presenta sibilancias cuando no tiene un resfriado ni ninguna otra infección.

    La forma más segura de diagnosticar el asma es realizar una prueba del funcionamiento de los pulmones, revisar la historia clínica y hacer un examen médico. Sin embargo, la prueba para el funcionamiento de los pulmones es difícil de hacer en niños menores de 5 años. Por eso los médicos deben basarse en la historia clínica del niño, los signos y síntomas, y el examen médico para hacer el diagnóstico. También pueden ensayar medicinas para el asma durante un lapso de entre 4 y 6 semanas para ver qué tan bien responde el niño.


    ¿Cómo se trata y se controla el asma?

    El asma es una enfermedad prolongada que no tiene cura. El objetivo del tratamiento del asma es controlar la enfermedad. El buen control del asma logrará lo siguiente:

    • Prevenir los síntomas crónicos y molestos, como la tos y la dificultad para respirar
    • Disminuir la necesidad de usar medicinas de alivio rápido (ver más adelante)
    • Ayudarle a mantener los pulmones en buen funcionamiento
    • Permitirle mantener sus niveles normales de actividad y dormir toda la noche
    • Prevenir ataques de asma que lo obliguen a ir al servicio de urgencias o lo hagan hospitalizarse para recibir tratamiento

    Para lograr esta meta usted debe colaborar activamente con su médico con el fin de controlar su asma o el asma de su niño. Los niños de 10 años o más—y los más pequeños que puedan hacerlo— también deben participar activamente en el cuidado de su enfermedad.

    Participar activamente en el control del asma implica colaborar con el médico y con otros profesionales que forman parte del equipo que lo atiende para crear y seguir un plan de acción contra el asma. Esto significa evitar los factores que puedan provocar el asma y tratar otros problemas de salud que puedan interferir con el control del asma.

    Un plan de acción contra el asma le sirve de guía para tomarse sus medicinas correctamente, evitar los factores que empeoren el asma, estar al tanto del nivel al que está controlada la enfermedad, responder a las crisis de asma y buscar atención médica de urgencias cuando sea necesario.

    El asma se trata con dos tipos de medicinas: medicinas de control a largo plazo y medicinas de alivio rápido. Las medicinas de control a largo plazo sirven para disminuir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir los síntomas del asma. Las medicinas de alivio rápido o "de rescate" alivian los síntomas de asma que aparezcan.

    El tratamiento inicial que usted reciba para el asma dependerá de la gravedad de su enfermedad. El tratamiento de seguimiento dependerá de qué tan bien esté funcionando su plan de acción en cuanto a controlar los síntomas y prevenir los ataques de asma.

    El nivel de control del asma puede variar con el tiempo y depender de cambios en el medio ambiente de la casa, la escuela o el trabajo que puedan alterar la frecuencia a la que usted está expuesto a los factores que le empeoran el asma. Es posible que el médico necesite aumentarle la medicina si el asma no está controlada.

    Por otra parte, si el asma está bien controlada durante varios meses, el médico puede disminuirle la medicina. Estos ajustes para aumentar o disminuir la medicina lo ayudarán a mantener el mayor control posible con la menor cantidad necesaria de medicina.

    El tratamiento del asma en ciertos grupos, como los niños, las mujeres embarazadas o las personas en las que el ejercicio provoca el asma, deberá ajustarse para que se amolde a las necesidades de estas personas.

    Siga el plan de acción contra el asma

    Usted puede colaborar con el médico para crear un plan escrito de acción contra el asma para su caso particular. El plan de acción muestra el tratamiento diario, es decir, qué tipo de medicinas necesita y cuándo debe tomarlas. Explica también cuándo hay que llamar al médico o ir al servicio de urgencias.

    Si su niño tiene asma, todas las personas que lo cuidan deben estar enteradas del plan de acción. Se incluyen las niñeras y las personas que trabajan en la guardería, la escuela o el campamento al que el niño asista. Estas personas pueden ayudarle a su hijo a seguir el plan de acción.

    Evite las cosas que le pueden empeorar el asma

    Varias cosas corrientes pueden precipitar o empeorar los síntomas del asma. Estas cosas se conocen también como desencadenantes del asma. En cuanto usted sepa cuáles son estos factores, podrá tomar medidas para controlar muchos de ellos.

    Por ejemplo, si la exposición al polen o a la contaminación del aire le empeora el asma, trate de limitar el tiempo que pasa al aire libre cuando haya altas concentraciones de estas sustancias allí. Si el pelaje de los animales le precipita los síntomas de asma, no tenga mascotas en su casa ni en su cuarto.

    Si sus síntomas de asma están claramente relacionados con alergias y usted no puede evitar la exposición a esos alérgenos, el médico puede aconsejarle que se aplique inyecciones desensibilizadoras para el alérgeno específico que le precipita el asma. Tal vez tenga que ver a un especialista si está pensando en aplicarse inyecciones desensibilizadoras para alergias. Estas inyecciones pueden disminuir o prevenir los síntomas del asma, pero no curan la enfermedad.

    Varios problemas de salud pueden hacer que el asma sea más difícil de controlar. Estos problemas pueden consistir en congestión nasal, sinusitis, enfermedad por reflujo, estrés psicológico y apnea del sueño. El médico también puede tratarlos.

    Medicinas

    Su médico tendrá en cuenta muchas cosas cuando decida qué medicinas para el asma son más adecuadas para usted. Por lo general, los médicos recetan las medicinas de una manera gradual. Su médico verá qué tan bien funciona una medicina en su caso y luego hará cambios de dosis o de medicina, si es necesario.

    Las medicinas para el asma se pueden tomar en forma de pastillas, pero la mayoría de ellas se toman mediante un dispositivo llamado inhalador. El inhalador le permite a la medicina llegar directamente a los pulmones.

    No todos los inhaladores se usan de la misma manera. Pida que su médico y otros profesionales del equipo que lo atiende le muestren la manera correcta de usar su inhalador. Pídales en cada consulta que comprueben cómo está usando usted el inhalador.

    Medicinas de control a largo plazo

    La mayoría de las personas que tienen asma necesitan tomar a diario medicinas de control a largo plazo para prevenir los síntomas. Las medicinas a largo plazo que son más eficaces disminuyen la inflamación de las vías respiratorias.

    Estas medicinas se toman durante mucho tiempo para evitar que los síntomas se presenten. No proporcionan un alivio rápido de los síntomas.

    Corticoesteroides inhalados. Los corticoesteroides inhalados son las medicinas preferidas para el control del asma a largo plazo. Estas medicinas proporcionan el control más eficaz a largo plazo para aliviar la inflamación e hinchazón de las vías respiratorias que provoca la sensibilidad a ciertas sustancias que se inhalan.

    Al reducir la inflamación se previene la reacción en cadena que causa los síntomas del asma. La mayoría de las personas que toman estas medicinas a diario dicen que tanto la intensidad como la frecuencia de los síntomas disminuyen considerablemente.

    Por lo general, los corticoesteroides inhalados no son peligrosos si se toman según las indicaciones del médico. Estas medicinas son muy diferentes de los esteroides anabólicos ilegales que algunos atletas usan. Los corticoesteroides inhalados no son adictivos, aunque se tomen todos los días durante muchos años.

    Sin embargo, como muchas otras medicinas, producen efectos secundarios. La mayoría de los médicos están de acuerdo en que los beneficios de tomar corticoesteroides inhalados y prevenir los ataques de asma superan con mucho los riesgos de los efectos secundarios.

    Uno de los efectos secundarios frecuentes de los corticoesteroides inhalados es una infección de la boca llamada candidosis bucal o muguet. Usted puede usar un espaciador o inhalocámara para evitar la candidosis bucal. El espaciador o inhalocámara se acopla con el inhalador al tomar la medicina para evitar que ésta caiga en la boca o en la parte posterior de la garganta.

    Hable con el equipo de profesionales de salud que lo atiende si tiene preguntas sobre cómo usar el espaciador o la inhalocámara. Enjuagarse la boca con agua después de tomar los corticoesteroides inhalados también puede disminuir el riesgo de contraer candidosis bucal.

    Si su asma es grave, es posible que tenga que tomar corticoesteroides en forma líquida o de pastillas durante períodos cortos para controlar el asma. Si estas medicinas se toman por mucho tiempo elevan el riesgo de sufrir cataratas y osteoporosis. Las cataratas consisten en empañamiento del cristalino del ojo. La osteoporosis es un trastorno que debilita los huesos y aumenta las probabilidades de sufrir fracturas.

    El médico puede darle otra medicina de control del asma a largo plazo con el fin de bajarle la dosis de corticoesteroides. O es posible que le aconseje que tome calcio y vitamina D para proteger los huesos.

    Otras medicinas de control a largo plazo. Entre otras medicinas de control a largo plazo están:

    Agonistas beta2 inhalados de acción prolongada: Estas medicinas despejan las vías respiratorias y se pueden sumar a los corticoesteroides inhalados en dosis bajas para mejorar el control del asma. Los agonistas beta2 inhalados de acción prolongada no deben usarse solos.

    Modificadores de los leucotrienos: Estas medicinas se toman por vía oral, es decir, por la boca. Ayudan a bloquear la reacción en cadena que aumenta la inflamación de las vías respiratorias.

    Cromolín y nedocromil: Estas medicinas inhaladas también previenen la inflamación y se pueden usar para tratar el asma moderada.

    Teofilina: Esta medicina se toma por vía oral (por la boca) y ayuda a despejar las vías respiratorias.

    Si el médico le receta una medicina de control a largo plazo, tómela todos los días para controlar el asma. Sus síntomas probablemente vuelvan a presentarse o empeoren si usted deja de tomarse la medicina.

    Las medicinas de control a largo plazo pueden tener efectos secundarios. Pregúntele a su médico cuáles son esos efectos y cómo debe detectarlos o evitarlos.

    Medicinas de alivio rápido

    Todas las personas que sufren asma necesitan una medicina de alivio rápido para aliviar los síntomas que se agudicen. Los agonistas beta2 inhalados de acción corta son la primera alternativa para el alivio rápido.

    Estas medicinas actúan rápidamente para relajar los músculos tensos que rodean las vías respiratorias cuando esté teniendo una crisis. Así las vías respiratorias se despejan y el aire puede pasar por ellas.

    Usted debe tomar su medicina de alivio rápido en cuanto note los síntomas del asma. Si usa esta medicina más de 2 días por semana, hable con el médico sobre qué tan bien controlada está el asma. Es posible que necesite hacer cambios en su plan de acción.

    Lleve a mano su inhalador de alivio rápido en todo momento, por si lo necesita. Si su hijo tiene asma, asegúrese de que tanto las personas encargadas de su cuidado como la escuela tengan las medicinas de alivio rápido del niño. Estas personas deben entender cuándo y cómo usar las medicinas y cuándo es necesario buscar atención médica para el niño.

    No debe usar las medicinas de alivio rápido en lugar de las medicinas de control a largo plazo que le recetaron. Las medicinas de alivio rápido no reducen la inflamación.

    Esté al tanto del estado del asma

    Para estar al tanto del estado del asma usted debe llevar registros de los síntomas, determinar su valor de flujo máximo con un flujómetro y hacerse chequeos periódicos para la enfermedad.

    Anote sus síntomas

    Puede anotar sus síntomas de asma en un diario para ver qué tan bien le están controlando el asma los tratamientos.

    El asma está bien controlada si:

    • No tiene síntomas más de 2 días por semana y esos síntomas no lo despiertan más de 1 ó 2 noches al mes.
    • Usted puede realizar todas sus actividades normales.
    • No tiene que tomar medicinas de alivio rápido más de 2 días por semana.
    • No sufre más de un ataque de asma al año que le obligue a tomar costicoesteroides por vía oral.
    • Su valor de flujo máximo no desciende por debajo del 80 por ciento de su valor óptimo personal.

    Si su asma no está bien controlada, comuníquese con el médico. Es posible que éste tenga que cambiar su plan de acción contra el asma.

    Use un flujómetro

    Este pequeño dispositivo manual muestra qué tan bien sale el aire de sus pulmones. Usted sopla dentro del aparato y éste le da una cifra, que es el valor de flujo máximo. El valor muestra qué tan bien están funcionando los pulmones en el momento de la prueba.

    El médico le dirá cómo y cuándo usar el flujómetro. También le enseñará cómo tomarse las medicinas con base en el valor de flujo máximo.

    Es posible que el médico y otros profesionales de salud del equipo que lo atiende le pidan que use el flujómetro cada mañana y lleve un registro de los resultados. Puede ser especialmente útil registrar los valores de flujo máximo durante unas dos semanas antes de cada consulta médica y llevar los resultados a la consulta.

    Cuando le diagnostiquen el asma por primera vez es importante averiguar cuál es su valor óptimo personal de flujo máximo. Para hacerlo es necesario registrar el valor de flujo máximo todos los días durante un período de entre 2 y 3 semanas cuando el asma esté bien controlada. El valor más alto que obtenga durante este período es su valor óptimo personal. Puede compararlo con valores futuros para saber si el asma está bajo control.

    El flujómetro puede alertarlo de que se avecina un ataque de asma, incluso antes de que usted note los síntomas. Si su flujo máximo desciende a un valor que muestre que su respiración está empeorando, usted debe tomar sus medicinas de alivio rápido en la forma en que su plan de acción lo indique. Luego puede usar el flujómetro para ver qué tan bien actuó la medicina.

    Hágase chequeos para el asma

    Cuando comience el tratamiento para el asma tendrá que ir al médico con una frecuencia que puede oscilar entre cada 2 semanas y cada 6 semanas. En cuanto el asma esté controlada, el médico puede querer verlo con una frecuencia de entre una vez al mes y dos veces al año.

    Durante estos chequeos el médico o la enfermera le preguntarán si ha tenido un ataque de asma desde la última consulta o si ha habido cambios en los síntomas o en los valores de flujo máximo. También le preguntarán sobre sus actividades diarias. Así podrán evaluar el nivel de control del asma.

    El médico o la enfermera le preguntarán además si tiene problemas o inquietudes respecto a tomarse sus medicinas o a seguir el plan de acción contra el asma. Según las respuestas que dé a estas preguntas, el médico puede cambiarle la dosis de su medicina o darle una medicina nueva.

    Si su control de la enfermedad es muy bueno, tal vez pueda tomar menos medicina. El objetivo es usar la mínima cantidad necesaria de medicina para controlar el asma.

    Atención de urgencia

    La mayoría de las personas que tienen asma, incluidos muchos niños, pueden controlar sin peligro sus síntomas siguiendo los pasos para crisis de asma que aparecen en el plan de acción. Sin embargo, es posible que usted necesite atención médica. Llame al médico y pregúntele qué debe hacer si:

    • Sus medicinas no le alivian un ataque de asma.
    • Su valor de flujo máximo es menos de la mitad de su valor óptimo personal.

    Solicite una ambulancia para que lo lleve al servicio de urgencias del hospital más cercano si:

    • Le cuesta trabajo caminar y hablar porque tiene dificultad para respirar.
    • Tiene los labios o las uñas morados.

    En el hospital lo observarán atentamente y le darán oxígeno y más medicinas. También le darán dosis más altas de las medicinas que toma en su casa. Este tratamiento puede salvarle la vida.

    Tratamiento del asma en grupos especiales de personas

    Los tratamientos que se describen en esta sección se aplican por lo general a todas las personas con asma. Sin embargo, algunos aspectos del tratamiento son diferentes en las personas que pertenecen a ciertos grupos de edad o en quienes tienen necesidades especiales.

    Los niños

    El asma es difícil de diagnosticar en niños menores de 5 años. Por eso es difícil saber si los niños pequeños que presentan sibilancias o tienen otros síntomas de asma se beneficiarán de tomar medicinas de control a largo plazo. (Las medicinas de alivio rápido tienden a aliviar las sibilancias en niños pequeños, ya sea que tengan asma o no).

    Los médicos usan medicinas de control a largo plazo para tratar a los bebés y niños pequeños que tienen síntomas de asma si la evaluación de salud para niños asmáticos indica que los síntomas son persistentes y que probablemente persistirán después de los 6 años.

    Los corticoesteroides inhalados son el tratamiento preferido para los niños pequeños. El montelukast o el cromolín son otras alternativas. El tratamiento se puede administrar por un período de prueba que puede durar entre 1 mes y 6 semanas. Por lo general el tratamiento se suspende si durante ese tiempo no se observan beneficios y si el médico y los padres están seguros de que la medicina se usó adecuadamente.

    Los corticoesteroides inhalados posiblemente puedan retrasar el crecimiento de los niños a cualquier edad. Si se presenta este retraso del crecimiento, casi siempre se nota en los primeros meses de tratamiento. Además, es leve y no empeora con el tiempo. El asma mal controlada puede disminuir también la velocidad a la que un niño crece.

    La mayoría de los expertos creen que los beneficios de los corticoesteroides inhalados para niños que los necesitan para el control del asma superan con mucho el riesgo de retraso del crecimiento.

    Las personas mayores

    Es posible que los médicos tengan que ajustar el tratamiento del asma en las personas mayores que tomen ciertas medicinas, como betabloqueantes, antiinflamatorios, aspirina y otros analgésicos. Estos fármacos pueden impedir que las medicinas para el asma actúen de la manera adecuada y pueden empeorar los síntomas.

    No olvide contarle a su médico sobre todas las medicinas que toma, incluso las de venta sin receta.

    En las personas mayores se puede presentar debilitamiento de los huesos por el uso de corticoesteroides inhalados, especialmente si las dosis de éstos son altas. Pregúntele a su médico si debe tomar calcio y pastillas de vitamina D, y qué otras cosas debe hacer para mantener fuertes los huesos.

    Las mujeres embarazadas

    Las mujeres embarazadas que tienen asma necesitan controlar la enfermedad para garantizar un buen suministro de oxígeno para su bebé. Un mal control del asma aumenta las probabilidades de que el bebé nazca prematuramente y tenga bajo peso al nacer. El mal control del asma puede incluso poner en peligro la vida del bebé.

    Se ha demostrado en estudios que es menos peligroso tomar medicinas para el asma durante el embarazo que arriesgarse a tener un ataque de asma.

    Hable con el médico si tiene asma y está embarazada o piensa quedar embarazada. Su nivel de control de asma puede mejorar o empeorar durante el embarazo. El equipo de profesionales de salud que la atienden comprobará a menudo su control del asma y ajustará el tratamiento cuando sea necesario.

    Las personas en las que los síntomas del asma se presentan durante la actividad física

    La actividad física forma parte importante de un estilo de vida saludable. Los adultos necesitan actividad física para mantener una buena salud. Los niños la necesitan para crecer y desarrollarse.

    Sin embargo, en muchas personas la actividad física puede precipitar los síntomas del asma. Si esto le sucede a usted o a su niño, pregúntele al médico cuáles son las formas más adecuadas de controlar el asma para seguir siendo activo.

    Las siguientes medicinas pueden prevenir los síntomas de asma que se deben a la actividad física:

    Agonistas beta2 de acción corta (medicinas de alivio rápido): Se toman poco antes de iniciar la actividad física. El efecto puede durar 2 ó 3 horas y prevenir los síntomas relacionados con el ejercicio en la mayoría de las personas que las toman.

    Agonistas beta2 de acción prolongada: Pueden tener un efecto protector hasta por 12 horas. Sin embargo, si se usan a diario ya no proporcionarán hasta 12 horas de protección. Además, su uso frecuente para realizar actividad física puede indicar que el asma está mal controlada.

    Modificadores de los leucotrienos: Estas pastillas se toman varias horas antes de la actividad física. Sirven para aliviar los síntomas del asma provocados por la actividad física en hasta la mitad de las personas que las toman.

    Cromolín o nedocromil: Estas medicinas se toman poco antes de la actividad física para controlar los síntomas de asma.

    Medicinas de control a largo plazo: Los síntomas frecuentes o intensos provocados por la actividad física pueden indicar que el asma está mal controlada y que es necesario comenzar a tomar medicinas de control a largo plazo que reduzcan la inflamación o aumentar la dosis de éstas, si ya las está tomando. Esto evitará que se presenten síntomas relacionados con el ejercicio.

    También puede ser útil prepararse para la actividad física con un período de calentamiento. Es posible que le convenga usar una mascarilla o una bufanda sobre la boca cuando haga ejercicio si el tiempo está frío.

    Si usa las medicinas para el asma como el médico lo indique, podrá participar en cualquier actividad física o deporte que usted elija.

    Personas que van a someterse a cirugía

    El asma puede aumentar el riesgo de presentar problemas durante una cirugía y después de ésta. Por ejemplo, el hecho de que le pasen un tubo por la garganta puede causarle un ataque de asma.

    Avísele al cirujano que tiene asma cuando vaya a verlo por primera vez. El cirujano puede tomar medidas para disminuir los riesgos, por ejemplo, dándole medicinas para el asma antes de la cirugía o durante la misma.


    ¿Cómo se puede prevenir el asma?

    En la actualidad no existe nada para evitar que el asma se presente por primera vez. Sin embargo, usted puede tomar medidas para controlar la enfermedad y prevenir los síntomas.

    • Aprenda sobre el asma y cómo se puede controlar.
    • Siga el plan de acción contra el asma que le dieron por escrito.
    • Use las medicinas como lo indique el médico.
    • Identifique y evite en la medida de lo posible las cosas que le empeoren el asma.
    • Esté al tanto de sus síntomas de asma y del grado de control en que se encuentra la enfermedad.
    • Hágase chequeos periódicos para el asma.


    Vivir con asma

    El asma es una enfermedad prolongada que requiere atención a largo plazo. El tratamiento exitoso del asma exige que usted desempeñe un papel activo en su atención y siga el plan de acción.

    Aprenda cómo controlar el asma

    Prepare con su médico un plan de acción contra el asma. Este plan le servirá para tomar sus medicinas de manera adecuada, identificar los desencadenantes del asma (las cosas que le precipitan el asma) y controlar la enfermedad si los síntomas empeoran. Los niños de 10 años o más —o los más pequeños, si pueden manejar la situación— deben participar en la creación y el seguimiento de su plan de acción contra el asma.

    La mayoría de las personas con asma pueden controlar exitosamente sus síntomas en casa al seguir su plan de acción y hacerse chequeos periódicos. Sin embargo, es importante saber cuándo buscar atención médica de urgencia.

    Aprenda cómo usar sus medicinas correctamente. Si toma medicinas inhaladas debe practicar en el consultorio del médico cómo usar el inhalador. Si toma medicinas para control a largo plazo, tómelas todos los días como lo haya indicado el médico.

    Lleve un registro de los síntomas del asma para ver qué tan bien controlada está la enfermedad. Puede usar también un flujómetro para medir y registrar qué tan bien funcionan sus pulmones.

    Es posible que el médico le pida que mantenga un registro diario de sus síntomas o de sus resultados con el flujómetro durante un par de semanas antes de cada consulta, y que lleve los datos a la consulta.

    Estos pasos le servirán para saber con el tiempo qué tan bien está controlando el asma. Así podrá detectar los problemas a tiempo y prevenir o aliviar los ataques de asma. Registrar sus síntomas y los resultados del flujómetro para mostrárselos a su médico le servirá a éste para decidir si es necesario ajustar el tratamiento.

    Atención continua

    Vaya a chequeos periódicos del asma para que el médico pueda evaluar el grado de control del asma y hacer ajustes en el tratamiento, si es necesario. No olvide que el objetivo principal del tratamiento del asma es lograr el mejor control de la enfermedad con la mínima cantidad de medicina. Para esto puede ser necesario hacer ajustes frecuentes en sus tratamientos.

    Avísele de inmediato al equipo de profesionales que lo atiende si le está costando trabajo seguir su plan de acción o si dicho plan no está funcionando bien. Ellos le ayudarán a ajustar el plan para que se amolde mejor a sus necesidades.

    Busque tratamiento para otros problemas de salud que puedan interferir con el control del asma.

    Esté atento a los signos de que el asma está empeorando

    El asma puede estar empeorando si:

    • Los síntomas comienzan a presentarse con más frecuencia, son más intensos o lo incomodan por la noche y le interrumpen el sueño.

    • Usted está limitando sus actividades normales y faltando a la escuela o al trabajo a causa del asma.

    • Su valor de flujo máximo es bajo en comparación con el valor óptimo que ha tenido o varía mucho de un día a otro.

    • Parece que las medicinas para el asma ya no actúan bien.

    • Tiene que usar el inhalador de alivio rápido con más frecuencia. Si está usando la medicina de alivio rápido más de 2 días por semana, el asma no está bien controlada. Usted debe ir al servicio de urgencias o al médico porque ha tenido un ataque de asma.

    Vaya al médico si tiene alguno de estos signos. Es posible que el médico tenga que cambiarle las medicinas o tomar otras medidas para controlarle el asma.

    Colabore con el equipo de profesionales que lo atiende y participe activamente en su atención. Así podrá controlar el asma para que no interfiera con sus actividades ni le afecte la vida.


    Puntos clave

    • El asma es una enfermedad crónica (a largo plazo) de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias, haciéndolas más reactivas a ciertas sustancias que se inhalan. No se sabe cuál es la causa exacta del asma.

    • El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, sensación de falta de aliento y tos. Con frecuencia la tos se presenta por la noche o temprano en la mañana.

    • A veces los síntomas son leves y desaparecen espontáneamente o después de un tratamiento mínimo con una medicina para el asma. Otras veces siguen empeorando. Cuando los síntomas se vuelven más intensos o aparecen más síntomas, se dice que hay un ataque de asma.

    • Es importante tratar los síntomas del asma en cuanto se presentan. Así se evita que empeoren y causen un ataque de asma grave. Los ataques de asma graves pueden requerir atención de urgencias y pueden causar la muerte.

    • Su médico le diagnosticará el asma con base en su historia clínica, el examen médico y los resultados de las pruebas. El asma es difícil de diagnosticar en niños menores de 5 años.

    • No existe cura para el asma. Esta es una enfermedad prolongada que requiere atención a largo plazo. El tratamiento exitoso del asma exige que usted desempeñe un papel activo en su atención. Aprenda cómo controlar el asma, reciba atención constante y esté atento a los signos que indiquen que su enfermedad está empeorando.

    • El objetivo del tratamiento de asma es controlar la enfermedad siguiendo el plan de acción que se creó con el médico, tomando las medicinas como se le indicó, aprendiendo qué cosas empeoran el asma y tomando medidas para evitar exponerse a ellas, manteniéndose al tanto de su nivel de control del asma y reaccionando rápidamente frente a los síntomas de empeoramiento.

    • El asma se trata con dos tipos de medicinas: medicinas de control a largo plazo y medicinas de alivio rápido. Muchas de estas medicinas se toman con un dispositivo llamado inhalador. Este dispositivo le permite a la medicina llegar directamente a los pulmones.

    • Los tipos de medicinas y la cantidad de ellas que usted necesita para tratar el asma dependen de qué tan bien controlada esté la enfermedad cuando usted esté siguiendo al pie de la letra el plan de acción. Esto puede cambiar con el tiempo.

    • Lleve un registro de los síntomas para estar al tanto del estado del asma, por medio de un flujómetro y de chequeos periódicos para la enfermedad. Avísele al médico si el asma está empeorando.

    • Algunos aspectos del tratamiento son diferentes en las personas que pertenecen a ciertos grupos de edad o en quienes tienen necesidades especiales.

    • La mayoría de las personas que tienen asma pueden controlar la enfermedad. Tienen pocos síntomas —o no tienen ninguno— y pueden vivir una vida activa y normal.

    Source: NHLBI, US




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