Edición Española
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    Federico García Lorca

    Madrigal de verano

    Junta tu roja boca con la mía,
    ¡Oh Estrella la gitana!
    Bajo el oro solar del mediodía
    Morderá la manzana.

    En el verde olivar de la colina
    Hay una torre mora
    Del color de tu carne campesina
    Que sabe a miel y aurora.

    Me ofreces en tu cuerpo requemado,
    El divino alimento
    Que da flores al cauce sosegado
    Y luceros al viento.

    ¿Cómo a mí te entregaste, luz morena?
    ¿Por qué me diste llenos
    De amor tu sexo de azucena
    Y el rumor de tus senos?

    ¿No fue por mi figura entristecida?
    (¡Oh mis torpes andares!)
    ¿Te dio lástima acaso de mi vida,
    Marchita de cantares?

    ¿Cómo no has preferido a mis lamentos
    Los muslos sudorosos
    De un San Cristóbal campesino, lentos
    En el amor y hermosos?

    Danaide del placer eres conmigo.
    Femenino Silvano.
    Huelen tus besos como huele el trigo
    Reseco del verano.

    Entúrbiame los ojos con tu canto.
    Deja tu cabellera
    Extendida y solemne como un manto
    De sombra en la pradera.

    Píntame con tu boca ensangrentada
    Un cielo del amor,
    En un fondo de carne la morada
    Estrella de dolor.

    Mi pegaso andaluz está cautivo
    De tus ojos abiertos;
    Volará desolado y pensativo
    Cuando los vea muertos.

    Y aunque no me quisieras te querría
    Por tu mirar sombrío,
    Como quiere la alondra al nuevo día,
    Sólo por el rocío.

    Junta tu roja boca con la mía,
    ¡Oh Estrella la gitana!
    Déjame bajo el claro mediodía
    Consumir la Manzana.


    Agosto de 1920
    (Vega de Zujaira)




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