Edición Española
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    Federico García Lorca

    Romance de la luna, luna

    La luna vino a la fragua
    con su polisón de nardos.
    El niño la mira, mira.
    El niño la está mirando.
    En el aire conmovido
    mueve la luna sus brazos
    y enseña, lúbrica y pura,
    sus senos de duro estaño.
    Huye luna, luna, luna.
    Si vinieran los gitanos,
    harían con tu corazón
    collares y anillos blancos.
    Niño, déjame que baile.
    Cuando vengan los gitanos,
    te encontrarán sobre el yunque
    con los ojillos cerrados.
    Huye luna, luna, luna,
    que ya siento sus caballos.
    Niño, déjame, no pises
    mi blancor almidonado.

    El jinete se acercaba
    tocando el tambor del llano.
    Dentro de la fragua el niño
    tiene los ojos cerrados.

    Por el olivar venían,
    bronce y sueño, los gitanos.
    Las cabezas levantadas
    y los ojos entornados.

    Cómo canta la zumaya,
    ¡ay, cómo canta en el árbol!
    Por el cielo va la luna
    con un niño de la mano.

    Dentro de la fragua lloran,
    dando gritos, los gitanos.
    El aire la vela, vela.
    El aire la está velando.


    Romancero gitano, 1928




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