Edición Española
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    Federico García Lorca

    Tres retratos con sombra

    Verlaine

    La canción,
    que nunca diré,
    se ha dormido en mis labios.
    La canción,
    que nunca diré.

    Sobre las madreselvas
    había una luciérnaga,
    y la luna picaba
    con un rayo en el agua.

    Entonces yo soñé,
    la canción,
    que nunca diré.

    Canción llena de labios
    y de cauces lejanos.

    Canción llena de horas
    perdidas en la sombra.

    Canción de estrella viva
    sobre un perpetuo día.

    Baco

    Verde rumor intacto.
    La higuera me tiende sus brazos.

    Como una pantera, su sombra,
    acecha mi lírica sombra.

    La luna cuenta los perros.
    Se equivoca y empieza de nuevo.

    Ayer, mañana. negro y verde,
    rondas mi cerco de laureles.

    ¿Quién te querría como yo,
    si me cambiaras el corazón?

    ... Y la higuera me grita y avanza
    terrible y multiplicada.

    Juan Ramón Jiménez

    En el blanco infinito,
    nieve, nardo y salina,
    perdió su fantasía.

    El color blanco, anda,
    sobre una muda alfombra
    de plumas de paloma.

    Sin ojos ni ademán
    inmóvil sufre un sueño.
    Pero tiembla por dentro.

    En el blanco infinito,
    ¡que pura y larga herida
    dejó su fantasía!

    En el blanco infinito.
    Nieve. Nardo. Salina.

    Venus

    Así te vi

    La joven muerta
    en la concha de la cama,
    desnuda de flor y brisa
    surgía en la luz perenne.

    Quedaba el mundo,
    lirio de algodón y sombra,
    asomado a los cristales,
    viendo el tránsito infinito.

    La joven muerta,
    surcaba el amor por dentro.
    Entre la espuma de las sábanas
    se perdía su cabellera.

    Debussy

    Mi sombra va silenciosa
    por el agua de la acequia.

    Por mi sombra están las ranas
    privadas de las estrellas.

    La sombra manda a mi cuerpo
    reflejos de cosas quietas.

    Mi sombra va como inmenso
    cínife color violeta.

    Cien grillos quieren dorar
    la luz de la cañavera.

    Una luz nace en mi pecho,
    reflejado, de la acequia.

    Narciso

    Niño.
    ¡Que te vas a caer al río!

    En lo hondo hay una rosa
    y en la rosa hay otro río.

    ¡Mira aquel pájaro! ¡Mira
    aquel pájaro amarillo!

    Se me han caído los ojos
    dentro del agua.

    ¡Dios mío!
    ¡Que se resbala! ¡Muchacho!

    ... y en la rosa estoy yo mismo.

    Cuando se perdió en el agua,
    comprendí. Pero no explico.




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