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    Luis de Góngora y Argote

    La más bella niña

    La más bella niña
    de nuestro lugar,
    hoy viuda y sola
    y ayer por casar,
    viendo que sus ojos
    a la guerra van,
    a su madre dice
    que escucha su mal:
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .

    Pues me distes, madre,
    en tan tierna edad
    tan corto el placer,
    tan largo el penar,
    y me cautivastes
    de quien hoy de va
    y lleva las llaves
    de mi libertad.
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .

    En llorar conviertan
    mis ojos de hoy más
    el sabroso oficio
    del dulce mirar,
    pues que no se pueden
    mejor ocurpar
    yendose a la guerra
    quien era mi paz.
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .

    No me pongáis freno
    ni queráis culpar,
    que lo uno es justo,
    lo otro por demás.
    Si me queréis bien
    no me hagáis mal;
    harto peor fue
    morir y callar.
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .

    Dulce madre mía,
    ¿quién no llorará,
    aunque tenga el pecho
    como un pedernal,
    y no dará voces
    viendo marchitar
    los más verdes años
    de mi mocedad?
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .

    Váyanse las noche,
    pues ido se han
    los ojos que hacían
    los míos velar;
    váyanse, y no vean
    tanta soledad
    después que en mi lecho
    sobra la mitad.
    Dexadme llorar,
    orillas del mar
    .




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