Edición Española
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    Vicente Wenceslao Querol

    Ella y tú


    Eras alegre, bella y discreta;
    y cuantas veces en los salones
    aparecías,
    linda y coqueta,
    ¿Quién sabe, niña, los corazones
    que tú rendías?

    Cuando, perdidos entre las olas
    del baile inquieto,
    yo me encontraba contigo a solas,
    con la apagada voz del secreto
    te repetía
    junto al oído
    tiernas palabras de poesía,
    que tú habrás dado, niña, al olvido.

    De esas que fueron mis ilusiones,
    niña, ¿qué resta?
    Fueron instantes que huyeron bellos,
    cual de la orquesta
    los dulces sones,
    como las flores de tus cabellos,
    como las luces de aquella fiesta
    ¿Quién piensa en ellos?

    Hoy, cuando pasas tú por mi lado
    y hasta los míos alzas los ojos,
    ni tú recuerdas a quien te ha amado,
    ni yo en mí siento duelos o enojos.
    Humo a los vientos,
    rosas de un día,
    fueron, oh niña, tus juramentos
    y mis palabras de poesía.


    ELLA
    Era una niña modesta y bella.
    Pasó a mi lado como una estrella,
    como un perfume,
    sin dejar rastro, sin dejar huella.
    ¿quién los misterios saber presume
    que guarda el alma?
    La vi tan sólo la vez aquélla,
    y aun este tedio que me consume
    cede y se calma
    pensando en ella.




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