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    Alberto Lista

    A Delia

    Si vi tus ojos, Delia, y no abrasaron
    mi corazón en amorosa llama;
    si en tus labios, que el abril inflama
    de ardiente rosa, y no me enajenaron;

    si vi el seno gentil, do se anidaron
    las gracias; do el carmín, que Venus ama,
    sobre luciente nieve se derrama,
    e inocentes mis ojos lo miraron;

    no es culpa, no, de tu beldad divina,
    culpa es del infortunio que ha robado
    la ilusión deliciosa al pecho mío.

    Mas si en el tuyo la bondad domina,
    más querrás la amistad que un desgraciado
    que de un dichoso el tierno desvarío.




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