Edición Española
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    Federico García Lorca

    Andaluzas

    Canción de jinete

    En la luna negra
    de los bandoleros,
    cantan las espuelas.

    Caballito negro.
    ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

    ...Las duras espuelas
    del bandido inmóvil
    que perdió las riendas.

    Caballito frío.
    ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

    En la luna negra
    sangraba el costado
    de Sierra Morena.

    Caballito negro.
    ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

    La noche espolea
    sus negros ijares
    clavándose estrellas.

    Caballito frío.
    ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

    En la luna negra,
    ¡un grito! y el cuerno
    largo de la hoguera.

    Caballito negro.
    ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

    Adelina de paseo

    La mar no tiene naranjas,
    ni Sevilla tiene amor.
    Morena, qué luz de fuego.
    Préstame tu quitasol.

    Me pondrá la cara verde,
    zumo de lima y limón.
    tus palabras, pececillos,
    nadarán alrededor.

    La mar no tiene naranjas.
    Ay, amor.
    ¡Ni Sevilla tiene amor!

    Zarzamora con el tronco gris

    Zarzamora con el tronco gris,
    dame un racimo para mí.

    Sangre y espinas. Acércate.
    Si tú me quieres, yo te querré.

    Deja tu fruto de verde y sombra
    sobre mi lengua, zarzamora.

    Qué largo abrazo te daría
    en la penumbra de mis espinas.

    Zarzamora ¿dónde vas?
    A buscar amores que tú no me das.

    Mi niña se fue a la mar

    Mi niña se fue a la mar,
    a contar olas y chinas,
    pero se encontró, de pronto,
    con el río de Sevilla.

    Entre adelfas y campanas
    cinco barcos se mecían,
    con los remos en el agua
    y las velas en la brisa.

    ¿Quién mira dentro la torre
    enjaezada, de Sevilla?
    Cinco voces contestaban
    redondas como sortijas.

    El cielo monta gallardo
    al río, de orilla a orilla.
    En el aire sonrosado,
    cinco anillos se mecían.

    Tarde

    (¿Estaba mi Lucía con los pies en el arroyo?)

    Tres álamos inmensos
    y una estrella.

    El silencio mordido
    por las ranas, semeja
    una gasa pintada
    con lunaritos verdes.

    En el río,
    un árbol seco,
    ha florecido en círculos
    concéntricos.

    Y he soñado sobre las aguas
    a la morenita de Granada.

    Canción de jinete

    Córdoba.
    Lejana y sola.

    Jaca negra, luna grande,
    y aceitunas en mi alforja.
    Aunque sepa los caminos
    yo nunca llegaré a Córdoba.

    Por el llano, por el viento,
    jaca negra, luna roja.
    La muerte me está mirando
    desde las torres de Córdoba.

    ¡Ay qué camino tan largo!
    ¡Ay mi jaca valerosa!
    ¡Ay que la muerte me espera,
    antes de llegar a Córdoba!

    Córdoba.
    Lejana y sola.

    ¡Es verdad!

    ¡Ay, qué trabajo me cuesta
    quererte como te quiero!

    Por tu amor me duele el aire,
    el corazón
    y el sombrero.

    ¿Quién me compraría a mí,
    este cintillo que tengo
    y esta tristeza de hilo
    blanco, para hacer pañuelos?

    ¡Ay, qué trabajo me cuesta
    quererte como te quiero!

    Arbolé arbolé

    Arbolé, arbolé
    seco y verdé.

    La niña de bello rostro
    está cogiendo aceituna.
    El viento, galán de torres,
    la prende por la cintura.

    Pasaron cuatro jinetes,
    sobre jacas andaluzas
    con trajes de azul y verde,
    con largas capas oscuras.

    "Vente a Granada, muchacha."
    La niña no los escucha.

    Pasaron tres torerillos
    delgaditos de cintura,
    con trajes color naranja
    y espada de plata antigua.

    "Vente a Sevilla, muchacha."
    La niña no los escucha.

    Cuando la tarde se puso
    morada, con luz difusa,
    pasó un joven que llevaba
    rosas y mirtos de luna.

    "Vente a Granada, muchacha."
    Y la niña no lo escucha.

    La niña del bello rostro
    sigue cogiendo aceituna,
    con el brazo gris del viento
    ceñido por la cintura.

    Arbolé arbolé
    seco y verdé.

    Galán

    Galán
    galancillo.
    En tu casa queman tomillo.

    Ni que vayas, ni que vengas,
    con llave cierro la puerta.

    Con llave de plata fina.
    Atada con una cinta.

    En la cinta hay un letrero:
    "Mi corazón está lejos."

    No des vueltas en mi calle.
    ¡Déjasela toda al aire!

    Galán,
    galancillo.
    En tu casa queman tomillo.


    (1860)




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