Edición Española
    Biblioteca

    Gómez Manrique

    A una dama que iba cubierta

    El corazón se me fue
    donde vuestro vulto vi,
    e luego vos conocí
    al punto que vos miré;

    que no pudo facer tanto,
    por mucho que vos cubriese
    aquel vuestro negro manto,
    que no vos reconosciese.

    Que debajo se mostraba
    vuestra gracia y gentil aire,
    y el cubrir con buen donaire
    todo lo manifestaba;

    así que con mis enojos
    e muy grande turbación
    allá se fueron mis ojos
    do tenía el corazón.




    TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR


    © 1991-2024 The Titi Tudorancea Bulletin | Titi Tudorancea® is a Registered Trademark | Aviso legal
    Contact