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    Jorge Manrique

    En una llaga mortal...

    I

    En una llaga mortal,
    desigual,
    que está en el siniestro lado,
    conoceréis luego cuál
    es el leal
    servidor y enamorado;
    por cuanto vos la hicisteis
    a mí después de vencido
    en la vencida
    que vos, señora, vencisteis
    cuando yo quedé perdido
    y vos querida.

    II

    Aquesta triste pelea
    que os desea
    mi lengua ya declarar,
    es menester que la vea
    y la crea
    vuestra merced sin dudar;
    porque mi querer es fe,
    y quien algo en él dudase,
    dudaría
    en duda que cierto sé

    que jamás no se salvase
    de herejía.

    III

    Porque gran miedo he tomado
    y cuidado
    de vuestro poco creer,
    por esta causa he tardado
    de os hacer antes saber
    la causa de aqueste hecho:
    cómo han sido mis pasiones
    padecidas;
    para ser, pues, satisfecho,
    conviene ser mis razones
    bien creídas.

    IV

    Señora, porque sería
    muy baldía
    toda mi dicha razón,
    si la duda no porfía
    con su guía,
    que se llama Discreción;
    como en ello ya no dude,
    pues es verdad y muy cierto
    lo que escribo,
    antes que tanto me ayude,
    que pues por duda soy muerto,
    sea vivo.

    V

    CABO

    Pues es esta una experiencia
    que tiene ya conocida
    esta suerte,
    por no dar una creencia,
    no es razón quitar la vida
    y dar muerte.




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