Edición Española
    Biblioteca

    Juan Meléndez Valdés

    A Dorila

    ¡Cómo se van las horas,
    y tras ellas los días,
    y los floridos años
    de nuestra frágil vida!

    La vejez luego viene,
    del amor enemiga,
    y entre fúnebres sombras
    la muerte se avecina,

    que, escuálida y temblando,
    fea, informe, amarilla,
    nos aterra, y apaga
    nuestros fuegos y dichas.

    El cuerpo se entorpece,
    los ayes nos fatigan,
    nos huyen los placeres
    y deja la alegría.

    Si esto, pues, nos aguarda,
    ¿para qué, mi Dorila,
    son los floridos años
    de nuestra frágil vida?

    Para juegos y bailes
    y cantares y risas
    nos los dieron los cielos,
    las Gracias los destinan.

    Ven, ¡ay!, ¿qué te detienes?
    Ven, ven, paloma mía,
    debajo de estas parras
    do lene el viento aspira;

    y entre brindis süaves
    y mimosas delicias
    de la niñez gocemos,
    pues vuela tan aprisa.




    TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR


    © 1991-2024 The Titi Tudorancea Bulletin | Titi Tudorancea® is a Registered Trademark | Aviso legal
    Contact