Edición Española
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    Manuel del Palacio

    La erupción

    Hierve la sangre en las hinchadas venas,

    Fuego brotar parecen las mejillas,

    Se doblan hácia el suelo las rodillas

    Y el hombre más audaz respira apenas.



    Rompiera, á hallarse preso, sus cadenas

    Y de valor hiciera maravillas;

    Pero siente en el cuerpo unas cosquillas

    Que vértigo le dan y angustia y penas.



    Arroja espuma su entreabierta boca,

    Retuércese en las sienes el cabello,

    Todo le hiela y todo le sofoca;



    Su bronco respirar es ya resuello...

    Rompe al fin la erupción, y sólo toca

    Un grano en la nariz y otro en el cuello.


    Madrid, 1865.




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