Edición Española
    Biblioteca

    Miguel de Cervantes

    A un valentón

    Un valentón de espátula y gregüesco
    que a la muerte mil vidas sacrifica,
    cansado del oficio de la pica,
    mas no del ejercicio picaresco,
    retorciendo el mostacho soldadesco
    por ver que ya su bolsa le repica,
    a un corrillo llegó de gente rica
    y en el nombre de Dios, pidió refresco.
    “Den voacedes, por Dios, a mi pobreza
    --les dice--, donde no, por ocho santos
    que haré lo que suelo sin tardanza.”
    Mas uno que a sacar la espada empieza
    “¿Con quién habla—le dijo—el tragacantos?
    Si limosna no alcanza,
    ¿qué es lo que suele hacer en tal querella?”
    Respondió el bravonel: “Irme sin ella”




    TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR


    © 1991-2024 The Titi Tudorancea Bulletin | Titi Tudorancea® is a Registered Trademark | Aviso legal
    Contact